Desde hace alrededor de tres meses el municipio de Pujerra cuenta con una nueva jueza de paz, Inés Calvente, que se ha mostrado ilusionada por vivir una nueva experiencia con la que, además, prestará ayuda y servicio a sus vecinos.
     La jueza de paz ha explicado que su trabajo consiste, entre otras cosas, en realizar tareas burocráticas, inscripciones de nacimientos, matrimonios y defunciones en el registro civil, así como en la emisión de los certificados que le demandan. Además, es la encargada de celebrar las bodas en el municipio y, aunque en el poco tiempo que lleva desempeñando su labor aún no ha tenido la oportunidad de hacerlo, ha manifestado que para ella sería un auténtico honor. Inés Calvente ha indicado que la figura del juez de paz también se establece como la de un mediador entre personas que tienen un determinado conflicto, lo que en muchos casos contribuye a que asuntos concretos se resuelvan amistosamente, sin necesidad de que ninguna de las partes inicie un proceso judicial convencional y evitando así una mayor saturación de los juzgados.
     En los últimos tiempos y desde diferentes sectores se está intentando apartar de su trabajo a los jueces de paz, lo que sería un grave error según Inés Calvente, ya que esta es una figura tradicional e influyente en los municipios que realiza una labor positiva para todos los vecinos, evitando en muchos casos el desplazamiento de los mismos hasta núcleos de población mayores para realizar algún trámite. En este punto, también ha recordado que llevar a cabo esta tarea es algo vocacional y de lo que no se puede vivir, ya que sólo se percibe una pequeña gratificación económica, aunque también la satisfacción de ayudar a otras personas. Como muestra de su vocación de servicio público, la actual jueza de paz también formó parte de la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Pujerra en la legislatura 2015-2019.
     Es imprescindible recordar que, como jueza de paz, Inés Calvente toma el relevo del tristemente fallecido Miguel Merino, una persona muy querida y respetada en el municipio que desempeñó este trabajo durante 15 años, aunque antes fue concejal de la primera Corporación democrática y después alcalde de la localidad durante nada menos que 20 años. Además, Merino fue mayordomo mayor de la Feria en honor a San Antonio de Padua, por lo que, durante muchos años, ha sido parte fundamental en la organización del programa de actividades de las Fiestas Patronales en colaboración con el Ayuntamiento.